sábado, 8 de noviembre de 2014

¿Quieres consagrarte a la Inmaculada y buscar mujeres gestantes para bendecirlas y consagrar los niños a la Virgen?

Queremos formar un grupo de fieles cristianos que se consagren a la Inmaculada según el espíritu de San Maximiliano María Kolbe, formando así parte de la Milicia de la Inmaculada, que él fundó, junto con otros seis frailes, en Roma, allá por el año 1917.

Sabemos que la consagración primera y principal es obra del Señor. Y es el Señor quien, en la Cruz, nos ha confiado a María: “Mujer, he ahí a tu hijo” e “hijo, he ahí a tu Madre” (Jn 19, 26-27). En cierto sentido, hemos sido consagrados a Ella por Dios. Es un don que Dios nos hace. Y, a cada don, le corresponde una respuesta. Estamos pues invitados a darnos a María y a recibir las gracias de las que Ella está llena.

Se trata de renovar las promesas bautismales a través de la Virgen Inmaculada. Nosotros le entregamos todo nuestro ser: nuestra vida, nuestro pasado, nuestro presente, nuestro futuro, nuestros dones y carismas, nuestros fallos y zonas oscuras, nuestras heridas y sanaciones por recibir, nuestros bloqueos y mecanismos de defensa, nuestras intenciones de oración, nuestros méritos, nuestra vocación, nuestro/a esposo/a, nuestros hijos, todo. Así, introducidos en su inmaculado corazón, Ella nos podrá conducir, proteger y ayudar a recorrer el camino que lleva a dar la vida como lo hizo el Maestro y Señor, “a ser santos e inmaculados en su presencia por el Amor” (Ef 1, 4).

Un pequeño grupo de los que decidan consagrarse saldrá en misión a la calle para buscar mujeres embarazadas y proponerles acudir a la iglesia para ser bendecidas y consagrar al niño a la Virgen ya antes de nacer. Será un acto sencillo, hermoso y potente, porque aprenderemos a confiar en Dios Todopoderoso, Padre de las Misericordias, el Sumo Bien. Pondremos al niño que nacerá ya en las manos más puras, más santas y más audaces: las de la Virgen Santísima, nuestra Madre Inmaculada.

Pensad que hay grupos que ofrecen los niños a Satanás. Nosotros no nos podemos dormir en los laureles y vivir como si este mundo fuera todo él cristiano. Anímate: tú, el primero, después los niños que han de nacer, consagrados a la Inmaculada. Será también una manera concreta de defender la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

Si deseas participar, ponte en contacto con fr. Gonzalo.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

FIESTA DE LOS BEATOS MÁRTIRES

Mañana, 6 de noviembre, celebraremos con alegría y agradecimiento la fiesta de nuestros hermanos mártires de Granollers, fray Alfonso y sus compañeros. 

A las 17:00, como cada jueves, expondremos el Santísimo Sacramento durante dos horas, con la posibilidad de recibir el sacramento del perdón. 
A las 19:00, vísperas cantadas, bendición y reserva del Santísimo.
A las 19:30, Santa Misa en honor de nuestros mártires, presidida por el obispo auxiliar de Terrassa, D. Salvador Cristau. 

Nos encomendamos a su intercesión con esta oración: 

Dios y Padre nuestro, que has querido bendecir los inicios de la restauración de la Orden Franciscana Conventual en España con la sangre de tus siervos Alfonso, Miguel, Modesto, Dionisio, Francisco y Pedro, mártires de Cristo, franciscanos de vida sencilla y humilde, testigos de la fuerza misteriosa de la cruz en nuestros días. Concédenos, te rogamos, por su intercesión:

Que el Evangelio y la vida cristiana vuelvan a florecer con fuerza en el corazón de tantos hombres y mujeres de esta tierra.

Que aprendamos a obedecer más plenamente al Espíritu Santo, para poder discernir lo que Tú nos estás pidiendo en este momento de nuestra historia, buscando en todo tu gloria y el bien de la Iglesia y de todos los hombres.

Que aumente en nosotros el deseo sincero de no conformarnos con una vida cristiana mediocre y acomodada.

Que seamos instrumentos de paz y de concordia, de justicia y perdón en nuestros ambientes.

Y que tu Iglesia no se quede huérfana de pastores, ministros y consagrados que prediquen la Palabra, celebren la Eucaristía y anuncien con su vida pobre, casta y obediente los bienes definitivos. Amén.